Se levanta el telón. CAPERUCITA ROJA.

Hoy tenemos la primera representación en nuestro teatro, está basada en el cuento de Caperucita Roja, del que hemos hecho una pequeña adaptación.

Ya tenemos el escenario listo, los actores han ensayado muchísimo, y el director va a dar la orden de subir el telón de un momento a otro.

Érase una vez una niña muy alegre con una caperuza roja…

En la escena aparece Caperucita con su madre que le dice:

  • La abuela está enferma, llévale esta cestita con frutas y no te entretengas, ni te desvíes del camino.

Caperucita cogió la cesta y se dirigió a casa de su abuela que vivía en el bosque, y mientras caminaba se encontró al lobo.

  • ¿Dónde vas tan temprano? Pregunto el lobo.
  • Voy a ver a mi abuela. Dijo ella.
  • ¿Y dónde vive tu abuela? Volvió a preguntar el lobo.
  • En el corazón del bosque…

Mientras hablaban el lobo estaba pensando en cómo podía engañarla, y le sugirió que cogiera unas flores para su abuela.

Mientras tanto, él salió corriendo a casa de la abuela.

Al llegar allí llamó a la puerta, y poniendo la voz de Caperucita dijo:

  • Abuelita, soy yo, Caperucita.
  • Pasa, hijita, la puerta está abierta. Contestó la abuela.

Cuando el lobo entró encerró a la abuela en un armario, se disfrazó con su camisón y espero.

Caperucita se encontró la puerta abierta al llegar, y se dirigió a la habitación de su abuela diciendo:

  • ¡Buenos días, abuelita!

La habitación estaba en penumbra, y cuando se acercó a la cama se sorprendió, y mirando a su abuela le dijo:

  • ¡Abuelita, qué ojos tan grandes tienes!
  • Son para verte mejor. Contesto el lobo poniendo la voz de la abuela.
  • ¡Abuelita, qué orejas tan grandes tienes!
  • Son para oírte mejor.
  • ¡Abuelita, qué boca tan grande tienes!
  • ¡Es para comerte mejor!

Le lobo se abalanza sobre la niña, y esta empezó a correr y gritar…

En ese momento andaba por allí un amigo de la abuela que al oír el ruido se asomó por la ventana, y viendo lo que pasaba disparó al lobo que salió huyendo hacia el bosque.

Sacaron a la abuela del armario, y después de recoger todo lo que el lobo destrozo en su huida brindaron felices.

Y colorín, colorado este cuento se ha acabado.

Moraleja niños y niñas.

No hay que fiarse de los desconocidos.

Gracias, y hasta la próxima función.

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