Queríamos hacer un pequeño taller de costura, un rincón donde dejar volar la imaginación reformando un viejo vestido o haciendo un jerséis para los nietos.
Un sitio lleno de tranquilidad y orden, donde poder coser con una vieja máquina o bordar unas flores.
La cremallera nos pareció un buen nombre para él y le pusimos una en su fachada.
Mi hermana ya le ha buscado sitio a este pequeño taller en su rincón de costura donde seguro que quedara perfecto.
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