Visitar FLORENCIA siempre fue uno de nuestros sueños viajeros, y en 2019 pudimos hacerlo realidad, y aunque fue una pequeña escapada que nos supo a poco, lo disfrutamos muchísimo.
El día que llegamos allí estaba algo nublado y amenazaba lluvia como podéis ver en la foto de cabecera y en estas otras dos.
Pero eso no nos impidió dar un paseo por la ciudad, y disfrutar de sus esculturas, que están repartidas por distintos lugares.
Y por supuesto, admira sus joyas arquitectónicas. Para mí fue tan emocionante ver la Piazza del Duomo, con el Baptisterio y la Catedral, que, aunque en ese momento nos estaba lloviendo a cantaros, yo me sentía feliz, la belleza del lugar supero con creces a la incomodidad del tiempo.
Por la tarde se despejó, y pudimos hacer algunas fotos con un cielo más azul.
Y pasear por sus calles con más tranquilidad que por la mañana.
Para seguir descubriendo tesoros escultóricos.
Obras de ingeniería que perduran en el tiempo.
La belleza y monumentalidad de Florencia impresiona y sobrecoge, mires donde mires descubres algo que te llama la atención.
En fin, con nubes o sin ellas merece la pena visitar esta preciosa ciudad.