Este año hemos puesto el Belén en un rinconcito muy especial de la casa, y como el espacio es más pequeño y nuestro Belén es grande hemos tenido que hacerlo en diferentes alturas.
Aquí tenéis el resultado.
El pueblo esta en una montaña, y en la cima de esta se encuentra el castillo, al que acaban de llegar los Reyes desde Oriente.
En la ladera de la montaña los habitantes de Belén han ido haciendo sus casas y negocios como por ejemplo esta panadera.
Los pastores encontraron esta cueva, y en ella pasan el crudo invierno.
Hoy es día de mercado en la plaza del pueblo y los comerciantes se afanan para vender sus productos.
Como el alfarero con una gran cantidad de platos, fuentes y ánforas, o el herrero que siempre tiene un caballo que herrar, mientras en la bodega no paran de llegar trabajadores con las uvas recién cortadas de las parras que la rodean.
La charcutería esta llena de embutido recién hechos y en la carpintería siempre hay un tronco que serrar.
Además este año hay nuevos vecinos en el pueblo, una familia patricia que viene de Roma para descansar del ajetreo de la ciudad, por supuesto en su casa se pueden ver mosaicos de sus dioses y divinidades.
En las afueras del pueblo nos encontramos a las mujeres lavando en el río, mientras una yunta de bueyes ara el campo, !ah! y alguien se ha escondido entre los matojos……..
Y aquí, en las afueras, en un pajar, es donde se ha producido el gran milagro, Jesús ha nacido mientras en los campos cae la noche.
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Ya os lo he dicho :), me parece un belén espectacular, tan lleno de detalles que el tiempo pasa sin darte cuenta descubriéndolos 🙂
Felicidades!!!