Las dos veces que estuvimos allí nos recorrimos la ciudad visitando los lugares más emblemáticos, desde el puente de Londres, al edificio del parlamento, o la noria gigante a las orillas del Támesis. Como anécdota os contare que, en nuestros viajes a Egipto y a Grecia, de años anteriores, no pudimos ver ni la piedra Rosetta, ni las estatuas del frontón del Partenón, ya que se encuentran en el Museo Británico, por lo que con nuestra visita al museo de esta ciudad y después de pasar por las salas donde están expuestos estos restos arqueológicos, dimos por concluidos los dos viajes.