En el 2005 cruzamos el océano Atlántico por primera vez para ir a Puerto Rico. Fue un viajes divertido y con algún imprevistos, como, que nuestras maletas no llegaran con nosotros al aeropuerto, se quedaron en el aeropuerto de Nueva York, y tardaron ¡dos días y medio en llegar!, pero nos lo tomamos con humor y seguimos disfrutando de nuestro viaje, eso sí, tuvimos que pasar por un centro comercial para hacer una pequeña compra de emergencia.
Pero lo que quiero destacar en mi composición es la exuberancia del paisaje que tiene el país, la vegetación crece hasta en los postes de la luz, y por supuesto, uno de los arboles más coloridos del mundo, el Flamboyán.